jueves, 12 de diciembre de 2013

Cosa de negros



Hay muertes que molestan.Y Lo que más incomoda de esta muerte, es el color. Los medios y las redes sociales tuvieron que hablar de un negro; mostrar la cara de un negro y al menos, como al pasar, mencionar la palabra “lucha”. La negritud como noticia: “¡Último momento! Falleció el líder Nelson Mandela. Esta noche, a las 22 hs, no se pierda el especial”, transmitieron en cadena, las cadenas. Y así empieza el show de los grandes fingidores. Aquellos que entienden la militancia como obsecuencia paga, los mismos que reducen los puños cerrados a pendencieros incurables, quienes creen que no hay que ponerse de pie entre tantos compañeros por el suelo, esos, a pura consternación por la muerte del viejito de risa blanca, llenan sus espacios de homenaje mensual con la foto de un tal Nelson Mandela. Qué indescifrables que somos a veces, y qué coherentes son las muertes de algunas vidas.


Se murió un “otro”. Siempre se mueren los otros. Y nos - otros, nos afligimos en grupo. Sin embargo quedan descubiertas algunas preguntas pendientes: ¿Cuántos “otros” hay? ¿Cuántos “otros” nos han quitado? ¿Por qué esquivamos hablar de “nuestros otros”? ¿Cuántos usuarios de las redes sociales se indignan ante tanta muerte injusta en los barrios? ¿O es que no estamos de moda si exigimos la aparición de Luciano Arruga? Negro tenía que ser, y con gorra para la foto. ¿Por qué enaltecemos algunas luchas y menospreciamos otras? Si nos enorgullece como género humano la lucha de Mandela, ¿acaso no murieron luchando Santillán, Kosteki, Lepratti? ¿Por qué no guardamos un sitio para esos homenajes también? ¿Por qué no hablamos de nuestros negros?, quienes claramente estaban presentes en las verdades gritadas por Mandela. Y es que no se trata de no hablar del hombre que murió, de evitar la mención, se trata de una muerte que nos interpela. ¿Qué palabras merece Mandela? ¿Las de una simple enumeración de hechos sobresalientes de su vida, las de una biografía mirada de costado? ¿O merece, en cambio, que nos preguntemos por esos “otros” que hay acá, que cuestionemos su destino y el de todos, la pasividad y el desapego ante las injusticias de nuestra vereda? Mandela demostró, con su vida y su muerte, merecer esto último. De todos modos podemos ignorarlo: era un negro.




Román

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