martes, 25 de junio de 2013

El Amor. Darío y Maxi, 11 años después.






Los movimientos piqueteros de principios de siglo en nuestro país resultan ser expresiones tributarias de las primeras irrupciones en las localidades neuquinas de Cutral Có y Plaza Huincul. La identificación en torno a la problemática  común (el desempleo) para millones de Argentinos y la necesidad imperiosa de ganar la calle en tiempos de zozobra para el campo popular hicieron que cientos de nuevos movimientos sociales disputen en la calle la defensa de sus derechos.
Casi como reflejo final de la debacle neoliberal, la organización popular anclaba sus resistencias en torno a un “ya basta” que no aceptaba  las migajas de los verdugos de siempre.

Aquella mañana, la represión ya estaba decidida sobre los militantes que cortaban el puente Pueyrredon en defensa de su dignidad. Nuevamente la policía asesina al servicio de intereses de poder organizaba una caza de brujas fenomenal. Tras las primeras oleadas represivas sobre el puente, el comisario Franchiotti coincide en la estación con Darío y Maxi que venían cubriendo la retirada de sus compañeros, la coincidencia terminó en el asesinato a sangre fría de los dos militantes populares. La secuencia fue captada por la lente de un fotógrafo de Clarín, el resto de la historia ya es conocida.

Hoy se cumplen 11 años de aquella masacre, Darío y Maxi vuelven  cada año, cada momento para recordarnos aquello de que el “sueño será colectivo o no será”, vuelven para gritarnos que queda mucho por hacer en la búsqueda incesante de un futuro digno, vuelven para abrir nuestros ojos y para alzar nuestras voces ante cada injusticia, vuelven como parábola esperanzadora de un futuro que no fue de ellos, pero por el cual no dudaron en poner el cuerpo para que sea nuestro. Gritémoslo a los cuatro vientos, en tiempos de oscuras candidaturas de mezquinos intereses, Darío y Maxi vuelven para recordarnos que tanto su lucha como ellos mismos están Presentes, ahora y SIEMPRE…


El Infernal

1 comentario:

  1. Grande Infernal, siempre con la pluma afilada. Darío y Maxi presentes ahora y siempre carajo!

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