martes, 24 de abril de 2012

YPF para armar

Una semana pasó ya de la decisión Argentina de expropiar el 51% de las acciones de YPF pertenecientes a la Española Repsol. Mediante un proyecto de ley, que será ampliamente acompañado por el Congreso, CFK vino a saldar una de las deudas matrices de la clase política (de la cual es y fue parte) con la sociedad en general y con el propio ejercicio de soberanía en particular.

Se sabe, no hay país en el mundo con mínimo interés en el desarrollo económico-social que no cuente, entre sus herramientas, con la administración de sus recursos estratégicos. Sí, Argentina era una excepción a esa regla. Las culpas fueron repartidas, sabemos que tanto la dictadura (con clara intencionalidad) como el radicalismo (a partir del fracaso de sus políticas petroleras) prepararon el terreno para la desregulación del sector y definitiva entrega llevada a cabo por el menemismo.

Por acción y omisión se subastó YPF regalando soberanía. Se liquidó a economías regionales, desarticulando a pueblos enteros conformados al calor de la actividad de la petrolera estatal. En estos pueblos surgieron los primeros atisbos de resistencia a las políticas neoliberales, los levantamientos de piqueteros y fogoneros en Cutral-Có - Plaza Huincul y la resistencia del pueblo de Mosconi en Salta son claros ejemplos de ello. Fue en esos pueblos donde se comenzó a “colectivizar” la experiencia de la desocupación saltando los mares del individualismo noventista y conformando nuevos espacios de identidad (“Piqueteros”).

Vemos entonces que la suerte de YPF encuentra un claro paralelismo con las vicisitudes del devenir político, económico y social de Argentina. Por tomar los últimos 40 años: se enduedó y desguazó al Estado nacional tanto como a YPF durante la dictadura, se priorizó explotación sobre exploración durante la primavera alfonsinista y se entregó a YPF de la misma manera que se subastó a precio vil al sector público nacional durante los años 90. El gobierno de la Alianza terminó la tarea. Ahora el Kirchnerismo, a partir de iniciativas tendientes a fortalecer al sector público y, con ello, al Estado Nacional, es quien asume su propio fracaso en lo que respecta a políticas hidrocarburíferas y decide patear el tablero recuperando para el pueblo argentino la administración de los recursos estratégicos en manos de YPF.

Creemos que es inevitable un debate amplio y plural que tenga como consecuencia la revisión y modificación de la regulación del sector. Una nueva oportunidad nace al calor de YPF, pensar nuestros recursos naturales como estratégicos y de bien público es el punto de partida para consolidar las bases de una democracia en pleno ejercicio de soberanía. Tenemos que trabajar para estar a la altura, YPF deberá volver a ser el motor del desarrollo nacional y el comienzo de una mirada que entienda que la soberanía político-económica debe constituirse en el pilar de una democracia con inclusión social. La tarea aún está inconclusa, el futuro no se avecina sin dificultades, pero la recuperación de YPF alumbra el camino. Que quede claro, YPF está por construir, la tarea es nuestra.

El Infernal

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