Los sucesos en el parque indoamericano son terribles, años de improvisación política y de carencia de políticas publicas, han subsumido a la ciudad en una crisis habitacional que a esta altura es estructural.
Los pataleos porteños y nacionales ocultan el fondo de la cuestión. Se pide presencia del Estado a gritos, pero… ¿Qué presencia?
Se hace eco en la necesidad de controlar a las “ordas de vagos” que prefiere ocupar terrenos a “trabajar dignamente”, se presenta a estas personas como bandas de narcos en un claro reflejo de fogoneo del “facho pequeño- burgués” que gran parte de la sociedad lleva adentro.
No se está haciendo eco en la problemática habitacional, ni en la inoperancia del gobierno porteño, ni en los comentarios vertidos por el apoderado de madres de plaza de mayo (bien alejados de la tradición de lucha de la organización), no se hace hincapié en la inseguridad de las personas involucradas en los enfrentamientos, sino en la incondicional “defensa” del espacio público y el resguardo que se merecen aquellos que “pagan sus impuestos”.
Se pide a gritos policía, esa es la presencia estatal que se demanda. Se pide represión y orden, mientras tanto ya tenemos 3 muertos.
El discurso represivo, xenófobo prende rápidamente en bastos sectores de la clase media, se actúa por reflejo, no se analiza la cuestión, ni se responsabiliza con la fuerza necesaria a la ausencia del Estado, no en su faz represiva, sino en su carácter de garante de la dignidad de los habitantes.
No piden nada raro, solo “tierra, techo y trabajo”, ayer escuchamos a los vecinos. Reclaman trabajo digno, y un techo, reciben balas y estigmatización.
El escarabajo kafkiano
* Click aquí para escuchar la canción de Rafael Amor "No me llames Extranjero"
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