miércoles, 4 de agosto de 2010

Algún día esto deberá cambiar.


La política argentina sigue moviéndose en clave electoralista. Nada es más importante para los políticos de turno que la victoria electoral (¿es posible aplicar políticas sin tomar el poder por vía electoral? en la Argentina parece que no –Los Zapatistas en Chiapas creen que sí-). La construcción de alternativas, de políticas coherentes, el enriquecimiento de tradiciones políticas y la construcción de unas nuevas están siempre atadas a sendas candidaturas.
En estas últimas semanas hemos observado hasta que punto resulta mucho más importante el posicionamiento electoral que cualquier otra cosa.

Por el lado de la oposición: vimos a Duhalde, Macri, Carrió, Solá y Stolbizer compungidos ante el discurso “sentimental” del Patrón de la Sociedad Rural Argentina, en una clara demostración de que lejos estarán de combatir a los grandes cucos del stablishment nacional si la utopía de gobernar se les hace realidad.
Ahogados por la falta de propuestas concretas/superadoras se dedican a provocar golpes de efecto que carecen de contenido, subestiman a la población y construyen su imagen dando “cátedra” en los programas políticos de la semana.
Los partidos del “ala progresista”, entre los que contamos a Proyecto Sur y Nuevo Encuentro, tienen una situación distinta. ¿En que sentido? Estos partidos cuentan con una tradición mucho mas joven y su estructura, claro está, no es la de los partidos históricos, por lo tanto es más fácil la elección de candidatos, entre los que identificamos a Pino Solanas y a Martín Sabattella respectivamente, lo cual los exime, a priori, de la locura partido-internista por lograr candidaturas.

Por el lado del oficialismo: vimos en las últimas semanas como el Kirchnerismo empieza a trabajar para el posicionamiento de algún candidato. Estando la opción nacional mucho mas concentrada entre Kirchner y Cristina Fernández, la principal contienda será dada en la provincia de Buenos Aires, en dónde han sido presentados en la palestra pública, en menos de dos semanas, dos candidatos: léase Alicia Kirchner y Aníbal Fernández.
Viendo esta avanzada, Scioli (¿Se sintió desplazado?) no tuvo más que pasarle la pelota a los Kirchner afirmando que “su lealtad con Néstor y Cristina es inquebrantable”. Vemos entonces a un Kirchnerismo que esta trabajando fuertemente para posicionar a un candidato de su riñón en la provincia de Buenos Aires y a un Scioli que pide a gritos alguna candidatura (sea nuevamente a gobernador o bien a ¿Presidente? ¿a Vice? –No creo-).
La novedad de 2011 son las internas abiertas y obligatorias. Lo viejo, lo que todavía no podemos modificar, aquello que nos hace enanos, es la importancia que le otorgamos a cualquier tipo de victoria electoral a costa de la negación de la política pasional, de construcción y enriquecimiento. Algún día esto deberá cambiar.


El Infernal de Güemes.

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