Como una luz en la larga noche neoliberal surgió el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), con un genuino tinte de resistencia miles de familias santiagueñas confluyeron en la necesidad de estar juntos y en la necesidad de enfrentar a los incipientes agro-negocios que llenaron (y llenan) las arcas de los nefastos “dueños” de la Tierra.
Que quede claro, cuando hablamos de resistencia lo hacemos en su plano mas hondo, mas genuino: miles de familias resistiendo represión, desalojos, condiciones de trabajo bien cercanas a la esclavitud, el avance de la patria sojera y patrones codiciosos que sólo supieron arrasar las tierras.
El movimiento fue creciendo durante estos 20 años entendiendo el valor y la necesariedad de una lucha integral ante este sistema de producción que podemos calificar de “suicida” sin temor a equivocarnos. En este sentido orientaron la resistencia en cuatro ejes bien dinámicos: comunicación (montó una novedosa red de radios comunitarias), producción (carpinterías, carnicerías, quesos, miel, hiladoras), educación y articulación campesina a nivel nacional e internacional.
Son el campo, pero no ese campo que nos presentan cual unidad-igualdad tanto el gobierno como las patronales rurales, con la SRA a la cabeza. Son el campo de la dignidad, de la resistencia, son el campo que pide una reforma agraria integral, inclusiva. Son el campo del peón, de la solidaridad, no son el campo del empacho y la angurria que descaradamente defendió el patrón Biolcati el último domingo.
Que quede claro, cuando hablamos de resistencia lo hacemos en su plano mas hondo, mas genuino: miles de familias resistiendo represión, desalojos, condiciones de trabajo bien cercanas a la esclavitud, el avance de la patria sojera y patrones codiciosos que sólo supieron arrasar las tierras.
El movimiento fue creciendo durante estos 20 años entendiendo el valor y la necesariedad de una lucha integral ante este sistema de producción que podemos calificar de “suicida” sin temor a equivocarnos. En este sentido orientaron la resistencia en cuatro ejes bien dinámicos: comunicación (montó una novedosa red de radios comunitarias), producción (carpinterías, carnicerías, quesos, miel, hiladoras), educación y articulación campesina a nivel nacional e internacional.
Son el campo, pero no ese campo que nos presentan cual unidad-igualdad tanto el gobierno como las patronales rurales, con la SRA a la cabeza. Son el campo de la dignidad, de la resistencia, son el campo que pide una reforma agraria integral, inclusiva. Son el campo del peón, de la solidaridad, no son el campo del empacho y la angurria que descaradamente defendió el patrón Biolcati el último domingo.
20 años del MOCASE-
04/08/1990 - 04/08/2010.
EL Ayllu
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