jueves, 21 de enero de 2010

Interrogándonos

Los decretos de necesidad y urgencia que impulsaron, en primera instancia la creación del “fondo del Bicentenario” y, posteriormente, la remoción del presidente del BCRA sirvieron para poner en tapete cuestiones que parecían aceptadas sin mayores pataleos.
En primer lugar, el conflicto institucional permitió discutir y re-discutir la (i)legalidad de la deuda externa, si está bien reconocer esta “deuda odiosa”, si es justo que paguemos a los acreedores que nos saquearon durante años, si estamos obligados a beneficiar al sistema bancario nuevamente, si el país necesita volver a los “mercados financieros de crédito” convertidos ahora en “benevolentes”, y si debemos pagar esta supuesta deuda a pesar de que dicho pago resulta ética y moralmente bochornoso.
Digamos entonces que, el conflicto con Redrado, permitió poner en tapete toda una discusión que se viene obviando y que se evitó (salvo excepciones) cuando se decretó la creación del famoso “fondo del bicentenario” para pagar vencimientos de deuda.
Por otra parte, este conflicto que pareció afectar la imagen del oficialismo, con el correr de los días significó un claro ejemplo del patetismo opositor, encarnado en la figura del actual vicepresidente Cobos, pero hecho piel en referentes ambivalentes como Morales (quién primero defendió la autonomía del BCRA y la permanencia de Redrado y en estos días presiona para su salida), Sanz, Elisa Carrió y Prat Gay. Gente que (en su mayoría) fueron cómplices del remate del país años anteriores ya sea por acción (bancas, cargos en el gobierno de la Alianza, y la presidencia del BCRA) o por omisión.
En buenahora surgen en la arena política discusiones que parecían saldadas y, por sobre todo surgen nuevas preguntas:
¿Por qué un gobierno que se dice “progresista” reconoce deuda sin investigar y presiona para volver a los mercados de crédito? ¿Por qué el BCRA sigue siendo autárquico? ¿Por qué la permanencia de Redrado resulta ser más importante que la “estabilidad” del país? ¿Por qué la oposición (en su mayoría) vive del oportunismo y carece de iniciativas? ¿Por qué el principal opositor del gobierno continua en su cargo de vicepresidente? ¿Por qué tenemos que seguir aceptando las condiciones de los mercados de crédito? Y de no aceptarlas ¿Cómo hacer frente a la ofensiva del mercado financiero? ¿Por qué no concretar una crítica más acabada al sistema? ¿Por qué no trabajar en la construcción de un nuevo sistema más humano y dignificador?, y muchos etcéteras.
La coyuntura nos permite cuestionarnos el orden existente y pararnos desde ópticas y posturas diferentes, para así poder confrontar, discutir, analizar, pensar, re-pensar, y re-pensarnos, para poder construir nuevas formas y nuevos sentidos, siempre desde el discurso y la praxis política.
Esta discusión nos interpela a eso, y no podemos darle la espalda al debate… busquemos juntos nuestras respuestas…


Por Ignacio

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