Ayer (jueves 10/12) los señores terratenientes convocaron un acto en Palermo para el cual tenían como excusa “darle la bienvenida” a los nuevos diputados electos, o más bien, sólo a algunos de ellos.
Las entidades rurales nucleadas en la “mesa de enlace” comandan, desde la disputa por “la 125”, la mas férrea oposición al gobierno nacional, para lo cual optaron por aliarse con sus amigos de siempre, es decir, la derecha mas reaccionaria de nuestro país, de la cual, claro está, forman parte.
Son ellos los que verdaderamente quieren un “país en serio”, uno bien exclusivo, uno que no considere a esos “vagos” que no quieren trabajar y salen a robar, quieren un país a sus pies, en dónde nadie se atreva (nunca) a tocar sus rentas extraordinarias, quieren un país donde nadie de cuenta de los miles y miles de trabajadores en negro que cosechan “sus” tierras.
Quieren el país del monocultivo y los agroquímicos, necesitan de la Nación que fundaron los Roca y los Martínez de Hoz. Nos enseñan que nuestro país no podrá sobrevivir si se le da la espalda a “el campo”, por eso hay que profundizar el monocultivo, arrasar la tierra, despojar a pueblos originarios para plantar soja, soja, soja y cada vez mas soja.
Son ellos los que llegaron para “salvarnos” (como tantas otras veces en nuestra historia), ahora dicen que por vías democráticas, del despotismo de un gobierno cruel que intento morder un pedazo de su torta, y de la de otros grupos concentrados de la economía.
Y es por eso que en este acto uno podía observar, más allá de los líderes de las patronales agrarias, a los principales funcionarios de la UIA que temen que este gobierno no resguarde su santísima propiedad privada, y a los principales portavoces de los intereses más concentrados de la economía, que van a hacer las veces de diputados. (Lease Carrió, De Narváez, Solá y demás yerbas).
Entonces uno tiene un escenario un tanto díscolo, es decir, tiene un gobierno que con sólo algunas medidas progresistas (sólo algunas y, por cierto, a veces demasiado tibias) logró que todos los sectores mas conservadores y reaccionarios de nuestro país lo enfrenten directamente, hoy no es difícil de observar la consonancia de los discursos de la cúpula eclesiástica, los grandes medios de comunicación, la sociedad rural y la mesa de enlace, y los nuevos diputados de la derecha, todos ellos presentándosenos como los verdaderos representantes del pueblo.
Entonces uno se pregunta, ¿que carajo tiene que ver la mesa de enlace con intereses de los medianos productores, o con los peones rurales, con los compañeros del mocase, con el interior profundo? ¿Es la renta de estos señores la que la población defiende con uñas y dientes? ¿Acaso no son unos de los principales culpables de los años más tristes en nuestro país? ¿No nos habremos aprendido de memoria ese cuentito de las clases dominantes de todo el siglo pasado que gritaba que el campo era nuestra salvación? ¿Qué tienen que ver los dichos de la cúpula eclesiástica con las necesidades de los más pobres? ¿Qué tiene que ver Bergoglio con los curas villeros, los que ponen el cuerpo y el alma emulando a Mujica y optando por los pobres? ¿Qué tiene que ver esta derecha con la justicia social? ¿Por qué acuden al gentilicio de “pueblo” estos sectores, si fueron los que siempre lo sometieron?
La derecha reacciona, se asusta y asusta, utiliza todos sus resortes para defender sus intereses, siempre, y digo siempre, a costa del pueblo, entonces necesitamos crecer y preguntarnos verdaderamente ¿Estos sectores representan los intereses populares? La historia, la pasada y la reciente, se encargó de demostrarnos siempre que no.
El Infernal. – 11/12/2009
Las entidades rurales nucleadas en la “mesa de enlace” comandan, desde la disputa por “la 125”, la mas férrea oposición al gobierno nacional, para lo cual optaron por aliarse con sus amigos de siempre, es decir, la derecha mas reaccionaria de nuestro país, de la cual, claro está, forman parte.
Son ellos los que verdaderamente quieren un “país en serio”, uno bien exclusivo, uno que no considere a esos “vagos” que no quieren trabajar y salen a robar, quieren un país a sus pies, en dónde nadie se atreva (nunca) a tocar sus rentas extraordinarias, quieren un país donde nadie de cuenta de los miles y miles de trabajadores en negro que cosechan “sus” tierras.
Quieren el país del monocultivo y los agroquímicos, necesitan de la Nación que fundaron los Roca y los Martínez de Hoz. Nos enseñan que nuestro país no podrá sobrevivir si se le da la espalda a “el campo”, por eso hay que profundizar el monocultivo, arrasar la tierra, despojar a pueblos originarios para plantar soja, soja, soja y cada vez mas soja.
Son ellos los que llegaron para “salvarnos” (como tantas otras veces en nuestra historia), ahora dicen que por vías democráticas, del despotismo de un gobierno cruel que intento morder un pedazo de su torta, y de la de otros grupos concentrados de la economía.
Y es por eso que en este acto uno podía observar, más allá de los líderes de las patronales agrarias, a los principales funcionarios de la UIA que temen que este gobierno no resguarde su santísima propiedad privada, y a los principales portavoces de los intereses más concentrados de la economía, que van a hacer las veces de diputados. (Lease Carrió, De Narváez, Solá y demás yerbas).
Entonces uno tiene un escenario un tanto díscolo, es decir, tiene un gobierno que con sólo algunas medidas progresistas (sólo algunas y, por cierto, a veces demasiado tibias) logró que todos los sectores mas conservadores y reaccionarios de nuestro país lo enfrenten directamente, hoy no es difícil de observar la consonancia de los discursos de la cúpula eclesiástica, los grandes medios de comunicación, la sociedad rural y la mesa de enlace, y los nuevos diputados de la derecha, todos ellos presentándosenos como los verdaderos representantes del pueblo.
Entonces uno se pregunta, ¿que carajo tiene que ver la mesa de enlace con intereses de los medianos productores, o con los peones rurales, con los compañeros del mocase, con el interior profundo? ¿Es la renta de estos señores la que la población defiende con uñas y dientes? ¿Acaso no son unos de los principales culpables de los años más tristes en nuestro país? ¿No nos habremos aprendido de memoria ese cuentito de las clases dominantes de todo el siglo pasado que gritaba que el campo era nuestra salvación? ¿Qué tienen que ver los dichos de la cúpula eclesiástica con las necesidades de los más pobres? ¿Qué tiene que ver Bergoglio con los curas villeros, los que ponen el cuerpo y el alma emulando a Mujica y optando por los pobres? ¿Qué tiene que ver esta derecha con la justicia social? ¿Por qué acuden al gentilicio de “pueblo” estos sectores, si fueron los que siempre lo sometieron?
La derecha reacciona, se asusta y asusta, utiliza todos sus resortes para defender sus intereses, siempre, y digo siempre, a costa del pueblo, entonces necesitamos crecer y preguntarnos verdaderamente ¿Estos sectores representan los intereses populares? La historia, la pasada y la reciente, se encargó de demostrarnos siempre que no.
El Infernal. – 11/12/2009
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