lunes, 21 de marzo de 2011

Viernes agitado: breves apuntes sobre intenciones hegemónicas


El vericueto empezó el día viernes pasado, bien temprano. La justicia Helvética pedía informes sobre una empresa que podría estar vinculada al delito de lavado de dinero. La cancillería giró el exhorto a la justicia ordinaria. Los medios impusieron el nombre de Moyano como socio de la empresa Covelia. El exhorto hacía agua por todos lados. Los medios seguían bombardeando. CGT y aliados amenazan con un paro general para el lunes. La oposición se sube al coro de los medios. El gobierno negocia con la CGT. Los medios siguen bombardeando. La justicia helvética dice que no está investigando en forma directa a la familia Moyano. Se devuelve el exhorto para solicitar a Suiza más precisiones. La CGT llama a conferencia. Moyano se defiende. Moyano contra-ataca. Moyano avisa que los trabajadores quieren llegar al poder. Se levanta el paro.

Jornada agitada, pero por demás interesante para cualquier persona con el mínimo interés en la cosa pública. Se concretó una operación política que, post Catamarca, si bien no estuvo ni cerca de llegar a una ruptura, arrojó sobre gran parte de la opinión pública un manto de duda sobre la alianza CGT-Gobierno.

Sabemos que la alianza CGT-Gobierno parió con el propio proyecto Kirchnerista y qué, sobre todo a partir de la disputa por la 125, se transformó en la alianza que garantiza la viabilidad del proyecto encarnado por el peronismo en el poder. El gobierno sabe que sin la CGT no está garantizada (¿está en algún momento?) su propia existencia como tal y, a su vez, la propia Confederación General del Trabajo no puede pensar en llegar al poder sin el apoyo actual al gobierno de Cristina Fernández. Táctica y estrategia, ambos se sirven de ellas.

La alianza es necesaria para ambos, ¿Va a continuar? Si, y mucho más si consideramos la cercanía de octubre en el calendario electoral.

¿Scioli? Mira de reojo.

Más allá de esto el pasado viernes pudimos observar como un simple exhorto hizo mella al interior de la propia coalición de gobierno que hoy es hegemonizada por el propio ejecutivo. La tensión duró poco, la operación fue desbaratada, la amenaza de paro con movilización a plaza de mayo tenía un mensaje claro para todos los factores de poder, gobierno incluido. Éste, rápido de reflejos, convenció a Moyano de lo inoportuno de tan fundamental medida.

Esta claro, el movimiento siempre está en disputa, y su hegemonía también. No parece observarse un cambio en la conducción de dicha hegemonía en el corto plazo, pero hay que tener en cuenta que en política no se regala nada, y que cada actor lucha por ser hegemónico hacia el interior de la coalición de gobierno.

La oposición no puede imponer un candidato firme, y han puesto sus cañones en intentar disolver la alianza estratégica que tracciona a la coalición de gobierno que comanda Cristina Fernández. El oficialismo deberá agudizar sus sentidos para consolidar dicha alianza y para que dicha coalición (que contiene también a organizaciones sociales, organizaciones políticas y de DDHH, agrupaciones de jóvenes, sindicatos, entre otros) se mantenga lo más unida posible de cara a las próximas elecciones.

El discurso de la Presidenta el día viernes parecería ir en esa dirección. Habrá que ver como se sigue desarrollando la disputa hacia el interior del propio movimiento. He ahí la cuestión.


El apuntador

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