domingo, 20 de febrero de 2011

El outsider en la política argentina


Un outsider es, básicamente, aquel personaje que arriba al escenario político sin haber tenido previamente ningún tipo de participación en este “mundo”. Por lo general, se trata de personas que han tenido relativo éxito en sus profesiones.

La candidatura del ex midachi Miguel Del Sel resulta una nueva oportunidad para caracterizar, brevemente, en que consiste el fenómeno y cuales son sus límites y potencialidades en la argentina de hoy.

Un breve recorrido histórico respecto del fenómeno en la política argentina nos deja sendos ejemplos muy recientes. Entre ellos encontramos al propio jefe político del ex midachi, Mauricio Macri, y a su aliado electoral de 2009, Francisco De Narváez. Ambos casos testigo nos muestran como “empresarios exitosos” llegan a la política de la mano de un discurso vacío de contenido y sumamente des-politizado.

El peronismo también tiene sus ejemplos, desde “lole” Reutemann a “palito” Ortega, pasando por el actual gobernador de la provincia más importante de la nación, hablamos claro está, de Daniel Scioli. Todos hijos del menemato, cosa que no es casual.

El territorio que prepara el terreno propicio para la imposición de un candidato outsider en la palestra electoral, es aquel que entiende que la política es parte del problema, y que sólo alguien ajeno a ella podrá resolver los males que aquejan a la nación. Por ello no es casual que dicho fenómeno tuviese su punto más álgido en los años 90´s.

El caso Del Sel, y otros de los que hemos nombrado, son en nuestro país parte de la herencia del neoliberalismo, que no cree en la dinámica transformadora de la política sino que creen más bien en la necesidad de que un supuesto “tecnicismo eficaz” lleve adelante las riendas de las políticas públicas y de la gestión. Vicios de una época que todavía no esta clausurada.

Por otra parte creemos que esta decisión del PRO muestra no sólo los límites que asume su propia construcción política a escala nacional, sino también parte de los nuevos desafíos que enfrenta la sociedad del post 2001. Es decir, por un lado se deja al descubierto el discurso oportunista y vacío de contenido de la fuerza macrista y, por otra parte, se observa la importancia de la hora actual de cara a la superación de esta lógica en torno a una dinámica cultural que profundice la disputa por el sentido y que deje caer el velo del discurso hipócrita de la anti-política y el supuesto “eficientismo”.

El fenómeno outsider también plantea la dicotomía entre la construcción política que hace pie a partir de una importante militancia y aquella que cree en la influencia determinante del marketing político a la hora de imponer un candidato electoral. Es la disputa entre nombres y proyectos, entre marketing y política.

Si bien el caso Del Sel puede dejar al fenómeno del outsider bien cerca del extremo de la ridiculización, los ejemplos que hemos presentado deberían advertirnos respecto de la eficacia del fenómeno atento a la disputa electoral y al posicionamiento en el escenario político. Es parte de la política nacional y uno más de los desafíos electorales que nos presenta, a cada uno de nosotros en tanto sociedad, la disputa de 2011. Esta claro: el show no debe continuar.


El Infernal

1 comentario:

  1. muy buen texto. imaginense a un militante de toda la vida, mas alla del arco politico, el golpe moral que debe sufrir cuando de la farandula amanecen candidatos politicos, y que encima, miden!!!!!!.
    poli H.

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