lunes, 24 de enero de 2011

Movidito, movidito...



Se viene un 2011 movidito. Es un año de definiciones políticas y nadie escatimará esfuerzos para posicionarse de cara a las próximas elecciones. Las famosas “formas” no tendrán ningún tipo de reparo y se jugarán todas las cartas, estén estas sobre la mesa o bajo la manga.

El partido del campo ya inició su combate electoral y concreto un nuevo lock-out mediante el cual se suspendió la comercialización de trigo, en protesta a la imposibilidad de cobrar el precio pleno que paga el mercado y también en desacuerdo con algunas políticas intervencionistas del gobierno.No tuvo la adhesión esperada y sirvió para dejar demostrado que a este sector no le queda cómoda ninguna intervención del estado, se encuentran en una posición bien ortodoxa y desde la mesa de enlace denostan cualquier tipo de iniciativa en ese sentido.

Ahora bien, sabemos que no se puede concretar una distribución equitativa de la renta si no se intervienen ciertos sectores de la economía que obtienen rentas extraordinarias, entre ellos la producción agrícola. Estas presiones, creemos, se mantendrán durante todo el año electoral e influirán, de alguna manera, en su resultado final. Hoy el sector no posee el poder y la adhesión que contó en 2008 pero es un factor de poder y habrá que considerarlo.

La UCR, fiel a su historia, tiene internas muy movidas y calientes. El partido centenario cuenta hoy a tres pre-candidatos a la presidencia: Alfonsín, Cobos y Sanz. Creemos que Cobos está fuera de carrera y habrá que ver una definición cerrada entre Sanz y Alfonsín. Lo que resulta claro es que, si el radicalismo aspira a sentarse en la rosada, deberá concretar una serie de alianzas que le permitan ampliar su piso electoral y soñar con un ballotage que lo de cómo partido ganador en segunda vuelta. En este sentido el Socialismo, y en el Binner, resulta ser el espacio elegido de cara a una alianza electoral.

El Peronismo Federal parece, en este momento, ir de cabeza a una ruptura. Das Neves y Solá tomaron cierta distancia del Duhaldismo y acusaron a este último de preparar el terreno para que su candidatura se concrete tras realizar una alianza con el macrismo, o mejor dicho, con el propio Macri. Resulta difícil que, tanto Duhalde como Macri, acepten ser el segundo que acompañe de cara a estas elecciones. Habrá que estar atentos al devenir de esta fuerza que se presenta, o al menos intenta, como la “alternativa” peronista al Kirchenerismo.

Proyecto Sur presentó solo a Pino Solanas como pre-candidato a la Presidencia para las elecciones 2011. Su piso y su techo electoral no superan por mucho el 7 % y resultará difícil no encontrar a Proyecto Sur tejiendo alianzas que eleven su umbral y que lo dejen más cerca de un eventual ballotage.

Por su parte el Kirchnerismo parece tener allanado, si comparamos con las otras fuerzas, el camino electoral del presente año, esto en el caso de que la candidata por el Frente para la Victoria sea, efectivamente, CFK. Resultaría complejo encontrar otro candidato potable si Cristina decide bajarse de la disputa electoral, cosa que parece, por lo menos, muy rara salvo por algunos comentarios vertidos en su última gira.

De cara a le re-elección parece que al Kirchnerismo le alcanzará con controlar el problema de la inflación (para la cual todavía no ha encontrado soluciones), y con contener los embates de los grupos de poder que no serán pocos de aquí a octubre. El piso electoral ya está alcanzado, la tarea de la fuerza estará orientada a conseguir más del 45% de los votos (tarea difícil) o una diferencia de 10 puntos porcentuales con la segunda fuerza (escenario más potable).

Habrá que estar atentos al posicionamiento de Francisco de Narváez, que venció en las pasadas elecciones intermedias (2009) al Kirchnerismo en la provincia más importante del país. El resto de las fuerzas, incluida la fuerza que comanda Lilita Carrió, pulularán en las escaleras (por las cuales subirán o bajaran) de un escenario electoral movidito que necesitará de un gran acuerdo electoral para vencer a un Kirchnerismo que, según recientes encuestas, supera largamente el piso de 30% en intención de voto.

2011 será un año políticamente interesante, se plantearán nuevos desafíos a la sociedad que tendrá que elegir, como le cabe a cualquier nación democrática, en las urnas un proyecto de país que hegemonice la política argentina durante los próximos cuatro años.


El Infernal

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