Los caídos siguen cayendo

Hace 9 años el país estallaba por los aires tras décadas de noche neoliberal. El hartazgo generalizado volcó, como tantas otras veces, a la gente a la calle. La respuesta del gobierno asesino de la Alianza fue la represión y la muerte.

Otro año más. Recordamos casi 40 muertes y la resistencia del pueblo contra el hambre y la desidia. Pero, ¿Qué hacemos con ese recuerdo?

Si ayer nomás la policía asesinaba a mansalva a los manifestantes del parque Indoamericano, si hace días veíamos como se asesinaba a compañeros de la comunidad Quom en Formosa y como se liberaba el camino para que las mafias se lleven a Mariano Ferreyra. Más de lo mismo dirán, claro. Pero, ¿Qué hacemos con eso?

A 9 años del Argentinazo y de la masacre de la Alianza mucha gente nos habla de reprimir, desalojar y matar, de ser necesario, si de lo que se trata es de mantener a raya a ese “otro”, al cuál se le teme (¿por parecido?).

Hemos escuchados vecinos furiosos que pedían a gritos que corra la sangre. ¿Pero cuanta sangre debe correr? Ya tuvimos suficiente, ¿no les parece?

Desde 2001 poco se ha transformado el accionar de la (s) policía (s), sus espacios de poder siguen intactos y sus negocios intocables. En los últimos años se ha agregado la novedad de lo que podemos llamar “tercerización de la violencia”, en tanto práctica habitual de grupos que no cuentan con el monopolio de la violencia (léase en sentido weberiano).

Hace 9 años caían casi 40 personas a manos de un Estado asesino, cómplice del saqueo que sufrimos durante décadas, y enfrentado al pueblo. Hace 9 años pedimos justicia y cárcel para los responsables, hace 9 años que no tenemos nada.

2001 expresó al pueblo en rebeldía, harto de la politiquería, el robo y el hambre. En 2001 tocamos fondo, en 2010 los caídos siguen cayendo, ¿Qué hacemos con eso?

El escarabajo Kafkiano