lunes, 18 de octubre de 2010

A propósito de la articulación de l@s “estudiantes en movimiento” y las luchas populares


La articulación de l@s “estudiantes en movimiento” (hablar de "estudiantes en movimiento", y no de movimiento estudiantil, no responde a un análisis pesimista de la realidad, sino al realismo de las condiciones; lejos del pesimismo la militancia de muchos y muchas en ámbitos estudiantiles se orienta a la reconstrucción del mentado movimiento estudiantil) y las “luchas populares”, pone de relieve dos dimensiones importantes, analíticamente distinguibles, pero interrelacionadas entre sí en la práctica concreta: la significación y el carácter que reviste la articulación de l@s estudiantes movilizados y las luchas populares; los actores sociales que corporizan las luchas populares con las que se busca articular.

La dimensión referida a la significación y el carácter de la articulación de l@s estudiantes movilizados con las luchas populares, por supuesto pone en evidencia que las tareas, prácticas, y concepciones de l@s estudiantes en movimiento deben comprender horizontes que exceden al ámbito puramente estudiantil, a fin de desempeñar un carácter social y político más general. No obstante, este aspecto no debe cancelar el concebir a l@s estudiantes como un colectivo político con reivindicaciones, disputas, y luchas propias (tales como la defensa de la educación pública y gratuita, el cogobierno estudiantil, aumento de presupuesto para la educación, etc.). Estas reivindicaciones, disputas, y luchas, no deben entonces ser menos importantes que las de los actores sociales que protagonizan las luchas populares con las que se busca articular, por lo cual esta proyección de articulación no debe hacer perder de vista el faro estratégico específico del terreno de l@s estudiantes.
Por otro lado la mencionada articulación no debe revestir un “carácter filantrópico” desde donde los y las estudiantes se proponen llevar el conocimiento hacia quienes no lo tienen, para así elevar moral y culturalmente a los diferentes actores sociales. Por el contrario, esta articulación debe tener un sentido dialectico y de reciprocidad permanente, a fin de materializar el hecho de que el estudiantado pueda nutrirse desde la trayectoria misma de resistencia y organización de los actores que corporizan las luchas populares, y de que a su vez los actores sociales puedan nutrirse desde las propias experiencias de lo estudiantil.
Por último, y no por eso menos importante, la cuestión de la articulación propone el desafío de que esta pueda funcionar con un carácter de mayor regularidad y constancia, y no solo en momentos donde existen conflictos visibles o tangibles. Esto en tanto muchas veces las luchas populares son de algún modo subterráneas y cotidianas, pero no por ello pierden la significación de disputa frente al ordenamiento político, social, económico, ideológico y cultural dominante que muchas veces impone el capitalismo.

En cuanto a la dimensión referida a los actores sociales que corporizan las luchas populares con las que se busca articular es necesario hablar de actores en plural y no de un único actor con el cual articular. La realidad latinoamericana y argentina moldea múltiples actores sociales en lucha, por lo cual el horizonte de articulación debe concebir a un sujeto amplio y plural. La articulación con las luchas populares plantea entonces experiencias de permanente desafío y aprendizaje, a fin de poder confluir con una amalgama de actores disimiles y heterogéneos entre sí, pero en numerosas oportunidades pasibles de aglutinarse bajo el paraguas común de la lucha popular. La categoría “lucha popular” entonces puede servir como un articulador de diferentes experiencias. En esta línea el concepto de “movimientos sociales” debiera hacer referencia al mismo en un sentido amplio, en tanto este debe englobar desde movimientos sociales ambientalistas y de pueblos originarios, hasta los MTD, movimientos piqueteros, movimientos campesinos, movimientos asamblearios, colectivos contraculturales, colectivos de mujeres en lucha, empresas autogestionadas, bibliotecas y bachilleratos populares, etc.

A modo de reflexión final el titulo de este artículo debiera ser un disparador para repensar el rol de los y las estudiantes en su interrelación con el ámbito no puramente estudiantil, particularmente con las luchas populares. En esta línea un ejercicio apropiado puede consistir en retomar críticamente uno de los legados de un hecho fundante del movimiento estudiantil argentino y latinoamericano, como fue la Reforma Universitaria desarrollada Córdoba durante el año 1918: este legado es la posibilidad de los alcances extra-universitarios de l@s estudiantes movilizados. Y se recalca retomar “críticamente” porque en la actualidad l@s estudiantes movilizados, al buscar interrelacionarse con aquellos actores sociales que corporizan las luchas populares, deben orientarse a emprender el desafío de poder superar una limitación del movimiento estudiantil gestado al calor de la Reforma de 1918 -en tanto proceso no solo universitario sino también social y político-: el poder superar esta limitación tiene que ver con materializar la vocación de construcción de una alternativa de transformación social y política conjuntamente con los actores protagonistas de las diferentes luchas populares -de aquí también la necesidad de resignificar y aprender desde las experiencias del movimiento estudiantil en el Cordobazo de 1969-. La realidad latinoamericana marca el desafío necesario de articular con un sujeto plural en lucha, que no se agote exclusivamente en un único actor. Para esto es necesario emprender la ardua tarea de intentar establecer canales de vinculación y articulación permanentes con las luchas populares, sin que ello redunde en la perdida de la especificidad de las luchas propias del estudiantado.

Por Nicolás.-

2 comentarios:

  1. Vale la opinión del autor pero creo lamentable la discriminación de género presente en este artículo que habla de "actores sociales" como si los únicos factores posibles de cambio fuesen los hombres, se debería también hacer hincapié en el rol de las "actrices sociales" que día a día luchan por el reconocimiento de sus derechos.

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  2. Creo que si de algo carece el articulo es de discriminación de género. Se usa el arroba (@) no por error de tipeo, o porque no le funciona la o al autor, sino porque el arroba hace las veces de a y de o, dandole al artículo una clara igualdad de género.
    Por otra parte creo que el concepto de "actores sociales" tampoco hace las veces de discriminador, sino que incluye en su seno tanto a actrices como a actores sociales. De todas maneras, sería bueno que comencemos a utilizar el concepto de "actrices sociales" en nuestras reflexiones para seguir dando la batalla por la igualdad de género.
    El comentario anterior dice que la lucha de genero es por el "reconocimiento de derechos", pero uno cree que esa caracterización reduce y enloda la sustancia verdadera de la cuestión de género que implica la necesidad de superar un sistema de dominación que tiene como características fundamentales su caracter capitalista y patriarcal.
    Insisto, el artículo no discrimina géneros, habla de sujetos amplios y diversos, y eso se observa con la atenta lectura.

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