miércoles, 6 de octubre de 2010

Nada que hacer en los cuarteles

Ahora resulta que “si sos pibe y pobre” te vas a tener que dar una vuelta por el cuartel, supuestamente para aprender oficios y no se que otras cosas.
La medida es impulsada por el cobismo y a pesar de su probada ineficacia en aquellos países en los que se ha aplicado algo parecido. A partir de ahí las posturas se nos presentan en la escena y creo que resulta oportuno exponer la nuestra.

Por un lado, creemos que esta medida pareciera estar más orientada a provocar un efecto en la opinión pública que a enfrentar y resolver la realidad de estos chicos (es decir, más vinculada a la supuesta "peligrosidad de los chicos” y la seguridad, que a la contención social). No se cuestionan las condiciones que arrojan a estas familias a la indigencia, se estigmatiza a los pibes, se los marca y nadie hace hincapié en su realidad concreta o en los mecanismos sistémicos que los arrojan a esos niveles de pauperización.

Por otra parte, no queda claro cual es el aporte que pueden brindar las FFAA más allá de la infraestructura para alojarlos. Seamos honestos con cada uno de nosotros y preguntémonos ¿Qué pensaríamos si tuviéramos que mandar a nuestros hijos a cumplir con este servicio cívico? ¿Preferiríamos que crezcan en un cuartel o que lo hagan en una escuela como cualquier hijo de vecino? ¿No debería el Estado (creemos que los movimientos sociales, los centros culturales, los clubes, pueden cumplir esta función, que de hecho ya cumplen) dinamizar las escuelas de oficio pero sólo como complemento de la educación pública a la que todos deberían poder acceder? Por otra parte, ¿No correríamos el riesgo de militarizar la educación de estos chicos? ¿En qué contexto y bajo qué condiciones se desarrollará el proceso educativo? En concreto la pregunta es: ¿Qué educación tendrán estos pibes?

Por último creemos que estamos en presencia de una realidad compleja, donde miles de excluidos no pueden recomponer su vida porque son ninguneados por la sistema y la sociedad. Creemos que la solución no viene por el lado de la “disciplina moral” de la educación castrense, porque esa “moral” es rechazada por la mayoría de nosotros. Optamos más bien por políticas de Estado inclusivas, que generen fuentes de trabajo genuino, que dignifique a los padres de familia en situaciones precarias, para que estos puedan así mandar a los pibes al colegio, y para que estos pibes, desde su lugar, con sus sueños y aspiraciones, construyan sus realidades, que serán las nuestras.

Preferimos que los pibes crezcan en las escuelas y no en los cuarteles, optamos porque militen sus barrios y porque sean parte de los valiosos movimientos sociales que cruzan la Argentina, porque creemos que no hay oficio que se pueda enseñar en el ámbito castrense que sea equiparable al oficio de practicar la solidaridad en forma colectiva.

1 comentario:

  1. Si TODOS, RICOS Y POBRES POR IGUAL tuvieran que ir, y fuera un servicio militar decente (cosa de país de primer mundo no de cuarta sin desmerecer el q nos cobija) todavía...de hecho no me parecería mal que ambos (bandos?) puedan intercambiar y de paso cañazo algunos (al q le siente el sayo..) tengan q laburar un poco, pero en estas condiciones es una locura. Y como dije y reitero, la forma de acabar con la "delincuencia" es : educación, trabajo y acortando la brecha entre ricos y pobres (en el país de nunca jamás..) distribuyendo equitativamente las ganancias...y no, no soy comunista ni subversiva (bueh, un poco che!) pero al final de cuentas solo hablo de más equidad. En las medida de que las brechas se ensanchen, los ricos van a tener que salir en tanques blindados y a los clase media nos van a terminar masacrando a la vista de todo el mundo...estas son las consecuencias del capitalismo feroz y el sistema neoliberal que atraviesa nuestra sociedad toda.

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