jueves, 19 de julio de 2012

Más mujeres coraje, San Pedro se suma al debate

                                    






Siempre que exista una comunidad, habrá una porción de ella, a veces más minoritaria de lo que la imaginación pueda soportar, que buscará en actitud de “hormiga”, motorizar la tarea de identificar una nueva pedagogía que permita complejizar esos dispositivos invisibles que operan en los relatos históricos, que se materializan en objetos del presente, o en objetos sin tiempo que nos ven pasar, casi sin cuestionamientos, casi sin tensiones, casi con impunidad sobre nuestros ojos. Estamos atravesados por un momento de transformación cultural tan amplio como complejo, tan ilustre como contradictorio, tan intenso como necesario…

La ley de matrimonio igualitario está cumpliendo dos años. Desde su corta edad pudo aplaudir en las tribunas del Congreso la ley de identidad de género que, junto al debate sobre una nueva ley de drogas, inauguran un potencial que nuestra sociedad toma para si en la ampliación de derechos ciudadanos.

Y porque siempre habrá más hormigas que elefantes, los nuevos debates no se hacen esperar.

Se presentó un proyecto para desplazar la figura del General Roca en los billetes de cien pesos y poner a una mujer, negada, olvidada desde la misma pedagogía que nos inventó las calles de nuestros verdugos.

Juana Azurduy, mujer coraje, mujer tan amplia y aguerrida como la dignidad de todo un continente, mujer latinoamericana, pero sobre todo: mujer. Un proyecto que se enmarca en la ambiciosa tarea de construir una nueva pedagogía despojada de aquellos atributos pútridos y anti populares que caracterizan el relato oficial de nuestra historia. Como afirma nuestro compañero y referente de esta tarea, Marcelo Valko: “El tiempo transcurre y la historia avanza hacia un país que dejará de tener genocidas en los pedestales. El paradigma racista se está resquebrajando, la historia oficial comienza a derrumbarse en pedazos junto con el nombre del señor general que simboliza la crueldad, la matanza y la apropiación de tierras para entregarlas en muy pocas manos”. Pensar en los relatos épicos de nuestra historia es pensarnos dentro de esa configuración entre la ficción y la espada, entre los nadies y los vencedores, en última instancia, entre nuestra identidad y nuestra identidad en movimiento.

Gracias a la insistencia de viejas hormigas como Osvaldo Bayer, hace algunos años grupos de jóvenes y no tan jóvenes vienen impulsando el necesario debate en torno a la figura de un desdeñable Roca, no por sus capacidades políticas, sino por su protagonismo en la fundación de un Estado de no-iguales. Un Roca que inaugura, a través del exterminio de pueblos enteros, el esquema terrateniente-latifundista tan injusto como perdurable en nuestros tiempos. Y es por eso que nos hacemos eco en cada paso que se dé la modificación de nuestro patrimonio, de nuestros monumentos, de nuestros billetes, porque entendemos que detrás de ellos se condensa una pedagogía de la historia des-memoriosa, una forma infame de pensar nuestro pasado. Porque creemos en las hormigas, en nuestras hormigas tejiendo puentes colectivos entre el pasado y el presente, es que buscamos la aprobación de este proyecto para que la figura de Juana esté en nuestros billetes, y para que de a poco, y en todos los ámbitos de nuestras vidas, comencemos a crear una nueva pedagogía reparadora, ética y de iguales. Porque en estas iniciativas de hormigas, la ética triunfa en la historia.

¡POR MAS MUJERES CORAJE!

Patricio Rosales



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