martes, 10 de enero de 2012

¿Que es la economia Kirchnerista?


La pregunta no es de sencilla respuesta. ¿Cuáles son los principales rasgos del sistema económico que practica el gobierno? La respuesta requiere, sin lugar a dudas, de una contextualización histórica que tenga en cuenta desde dónde venimos y hacia dónde vamos.

La economía argentina a lo largo de la historia, principalmente del siglo XX, ha estado expuesta a condicionamientos externos. En tanto economía con amplia apertura externa, su estabilidad dependió más, en la mayoría de los casos, de condicionamientos externos sustentados por las economías de los países del primer mundo que de las propias condiciones internas que los gobiernos locales pudieran generar. Esta hipótesis puede ser válida si nos remitimos a los tiempos de la argentina agroexportadora o a la argentina en tanto economía sustitutiva de importaciones del primer peronismo pos segunda guerra mundial. En esta línea de pensamiento, la situación surgida en los últimos 4 años donde una crisis económica mundial sacudió a los principales países del primer mundo, se presenta como un anacronismo en la historia de la economía local. ¿Consecuencia de la puesta en práctica de políticas económicas acertadas o de un favorable viento de cola que aminora los efectos a nivel local? La hipótesis del "favorable viento de cola" ha demostrado en ocasiones estar basada en antikirchnerismo viciado casi tanto de desconocimiento acerca de las verdaderas condiciones políticas y económicas que sustentan el nivel actual de la economía argentina como de una visión apocalíptica y mezquina. Claro que debemos pedirle disculpas, querido lector del Ayllu, ya que el presente escrito carece de todo tipo de rigor teórico que con bases sólidas sustenten lo que aquí se afirma. Es una mera nota de opinión, como todo lo que aquí se pretende hacer.

No menos cierto es que, la medida adoptada por el gobierno de saldar la deuda externa con el fondo monetario internacional, fue una medida que tuvo aroma a comienzo. Sobre todo si tenemos en cuenta que la misma era la cadena atada al pie de un estado tanto ineficiente como endeble. De allí venimos, de 30 años de neoliberalismo, que con las mismas recetas que pregonan que como por una mano invisible el mercado es el mejor asignado de recursos y que mediante el efecto derrame, la redistribución será efectiva hacia todos los sectores sociales. Gran falacia! En todo caso la mano invisible jugaba para los más favorecidos y el derrame, si es que lo había, era de unas míseras gotas que no saciaban la sed de los subalternos. La única verdad de esta línea de pensamiento, es que los que tienen las de ganar, siempre ganan, mientras que los desposeídos, los humillados, los ultrajados e invisibles de siempre fueron (son) expulsados constantemente de un sistema que se ha convertido en un fin en sí mismo. Tampoco debemos de creer que el sistema económico actual incluye a todos por igual. Hay matices. Hay personas que aun hoy sufren las consecuencias de haber visto pasar la locomotora sin poder subirse a ella y allí, abajo del tren, la nada y desparpajo abundan. No obstante hoy, las políticas económicas no alcanzan para poder incluir a millones excluidos. Se tratara entonces de doblar la apuesta, de apuntar a una verdadera redistribución de la riqueza donde alguna vez los que tienen las de perder puedan comenzar a vivir bien y no solo a sobrevivir. La supervivencia es marchar contra el reloj, el luchar día a día por una vida digna. Se trata de vivir bien, no de sobrevivir. La dignidad no debe ser negociada, debe ser conquistada por un pueblo consciente de la desposesión de muchos otros. Solo así, podremos afirmar que el Kirchnerismo se salió de una suerte de Keynesianismo emisor de moneda que fomenta el consumo interno, para tocar de una vez y para siempre a los que vienen ganando hace anos, décadas e incluso siglos.

Por Augusto Constantin

No hay comentarios:

Publicar un comentario