jueves, 16 de septiembre de 2010

Resistencia, Lucha y Dignidad

Estudiantes organizados, demandas genuinas, reivindicaciones harto válidas inundaron las calles de La Plata hace 34 años. A partir de ahí, la resistencia a una feroz respuesta genocida por parte de la Junta Militar no alcanzó para evitar que se chuparan a 10 pibes (y muchos miles) que cursaban el secundario y pedían, particularmente por el boleto estudiantil y, en términos macro, por una educación que salte a la educación bancarizada y que plante las semillas de una educación liberadora (al decir de Paulo Freire).
34 años después las demandas de los estudiantes corren por los mismos carriles, mejores condiciones de cursada, inversión en infraestructura y demás cuestiones edilicias. Pero se impone, sobre todo, la necesidad de consolidar una nueva concepción de la educación a través de una apropiación de lo público, en tanto herramienta liberadora.
Es decir, 34 años después encontramos el problema de la educación pública casi en el mismo lugar, con estudiantes resistiendo y gobiernos cómplices del statu quo.
La larga y nefasta noche neoliberal que perpetuó la lógica de enajenación de lo público durante décadas en la Argentina se pone en cuestión nuevamente, lo público considerado ya no en términos edilicios, sino en términos político ideológicos, escupe la cara de los hipócritas de siempre.
La cuestión no sólo es edificio sí, edificio no. La dialéctica política de nuestro recorrido histórico nos interpela, para que nos preguntemos ¿qué educación? ¿Para quienes? ¿En que condiciones?, y otra vez nos presenta la necesidad de una educación crítica, que inevitablemente regará las calles de mentes críticas.
Gobiernos, medios de comunicación y otros nefastos actores estigmatizan a los estudiantes por su participación política, lo cual demuestra que este recorrido de tres décadas de ajuste, olvido, represión y furia hacia la educación pública no pudo impedir que los lápices siguieran escribiendo la historia.
Los pibes de La Plata, Carlos Fuentealba, los secundarios y universitarios movilizados, son todas expresiones de resistencia, lucha y dignidad. ¡¡Quien quiera oír que oiga!!

Nacho

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