domingo, 2 de mayo de 2010

Recordar y analizar.

(...) Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban
a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos
se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.


Fragmento de la proclama que llamaba a la Huelga General en Chicago el 1º de Mayo de 1886.


Fue en Chicago, Estados Unidos. Ese país tan lejos, tan al Norte. Nos parece historia antigua, ya pasaron 224 años. Los Mártires fueron ejecutados por la Policía de Chicago en reclamo de reducción de la jornada laboral a ocho horas.

Vale preguntarse entonces, ¿Cuánto de actualidad tiene la demanda de los mártires de Chicago?

Haciendo foco en nuestro país debemos decir que las condiciones de trabajo lejos están de ser las ideales: Quien puede trabajar lo hace durante extensas jornadas y con sueldos bien cerca del piso.
El 40% de los afortunados que trabajan está en negro y por ende, no realiza aportes jubilatorios, no tiene cobertura ante accidentes y, por si esto fuera poco, se encuentra por fuera de la protección sindical.
Esta práctica arroja al trabajador a una pauperización de sus condiciones de trabajo y de su posición de cara a alguna demanda conjunta ante la patronal.
Esta herencia de la larga noche neoliberal, arraigó en la sociedad y en nuestras relaciones socio-productivas. La precarización laboral es parte de nuestra vida, y el gran problema es que la asumimos como natural. Tendremos que desandar estos caminos de precarización para construir vías democráticas de acceso al trabajo, condiciones dignas para todos, y nuevas formas de relación laboral entre los hombres.

Difícilmente, la demanda de los mártires de Chicago haya tenido tanta actualidad como lo tiene a comienzos del S XXI… asíque trabajadores, nada que festejar… mucho para recordar y analizar…

1º de Mayo 2010.

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