martes, 23 de marzo de 2010

Desapareciendo, todavía

Es una frase fuerte.
Un mote ideológico reservado sólo para rotular el cinismo y la liquidación física y social.
Es el eco de una voz en aquella sala del juicio, pero es además un pedido desesperado. Un grito que desgarra, todavía.
El "Nunca más", que escuchamos desde hace veinticinco años, se nos ha vuelto un tal vez.
¿Qué hacemos con eso?



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